‘GUZMÁN A LA CARTA’, EN VIVO EL PRÓXIMO 29 DE AGOSTO
Enrique pide que le manden peticiones para así poderlas complacer y convertir dicho concierto en algo muy sentimental; admite que sí le pidió matrimonio a Angélica María
Por Enrique Gutiérrez
El próximo 29 de agosto Enrique Guzmán dará gusto a todos sus fans con complacencias, en un espectáculo llamado “Guzmán a la carta” en el que el legendario rocanrolero interactuará vía on line con su gente, aunque sin los mismos errores que su hija Alejandra hace apenas unos días.
Transmitido en vivo desde el Centro Cultural 1 aquí en la Ciudad de México, el espectáculo producido por Alejandro Gou se llevará al cabo “con coro y orquesta en vivo, aunque todos con mascarilla. No voy a hacer lo que hizo Alejandra hace un par de días, quien tuvo el problema de que el chat pasaba muy de prisa. No. Yo tengo dos meses para que me manden sus mensajes por Twitter, Facebook y cualquier otro medio, leer todos y prevenir las complacencias”, afirmó el cantante.
Sobre la duración del espectáculo, afirmó que será de “entre una hora y cuarto y una hora y 20. Voy a tener dos escenografías: Una con los músicos en vivo, viendo directamente al público como si estuviera abierto el teatro y otra con una pequeña salita a un costado para que, con un moderador que podría ser Verónica Castro o alguien importante, modere el chat”.
Y culminó: “Entonces mándenme los mensajes que quieran para concursar y los mejores ganarán, aquellos que me comprueben por qué quieren y merecen que les cante tal o cual canción, que sea algo especial como un aniversario de bodas o que se les murió un pariente (risas), pero que en verdad sea una ocasión o motivo especial… Si inventan o no las cosas, ya quedará en ellos”.
Finalmente, si además de Verónica Castro la moderadora podría ser Angélica María, a quien le sí le habría pedido matrimonio en su juventud, confesó: “Ya es demasiado tarde para que nos casemos Angélica y yo. Sí, (yo le propuse matrimonio porque) yo quería todo con ella, pero eso cuando tenía 17 o 18 años. Ya ni me acuerdo cuándo se lo propuse, pero sí se lo pedí en mi coche… ¡Hubiera estado perfecto!”.